"La institucionalidad judicial está debilitada. En lugar de aplicarse a lo suyo, el Fiscal General está más interesado en que Simón Trinidad participe en las conversaciones de paz, cuando tal asunto no es de su resorte, como tampoco lo es del Consejo Superior de la Judicatura ni de ninguna corte colombiana, por empingorotada que sea. Éste es sólo un ejemplo del desborde diario de algunos encopetados magistrados que animados por conveniencias coyunturales de sectores políticos, sin desparpajo, decidieron abandonar la toga del juez para transmutarse en intrusos opinantes de temas que corresponden a otras instancias del poder público. Hasta hace dos años, ese desborde, a veces prepotente y siempre impertinente, tuvo aplaudidores que lo presentaron como justificada reacción contra las presuntas pretensiones del presidente Uribe de colocar las altas cortes bajo su coyunda. Ido Uribe, ¿qué decir ahora para explicar y bendecir la impropia intervención de ciertos magistrados en asuntos reservados por la Constitución a otras ramas?
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